Muchas personas dicen sentirse en soledad, aún en la presencia de muchos a su alrededor. También se encuentran los que al estar físicamente lejos de otros experimentan la soledad. Entonces, podemos concluir que no es lo mismo estar solos que sentirnos solos. Hay momentos en los cuáles la soledad es nuestro mejor aliado; cuando deseamos reflexionar, descansar, o hacer pausas en nuestro caminar. Pero existe una soledad que alude a un vacío en nuestro interior; algo que produce tristeza y, tal vez, hasta frustración. Esto puede llevarnos a la depresión. Para conocer qué puedes hacer cuando experimentes la soledad es necesario reflexionar tomando como punto de partida varios ejemplos. Quiero que vayamos juntos en un viaje imaginario a Getsemaní. Imagina por un momento a Judas, uno de los doce discípulos, entregando a Jesús a los soldados con un beso para que lo crucifiquen en una cruz siendo inocente. Judas compartió con Jesús en diferentes eventos llevando la Palabra de Dios; más aún, com...
Compartiendo nuestra esperanza de vida.