En tu caminar por la vida seguramente te has tropezado con algunos obstáculos. Algunos de los cuales pueden haber sido un gran reto para ti, pero ¿Qué haces cuando después de haber luchado incansablemente ese obstáculo se vuelve más grande y pesado?
Muchas veces nos empeñamos en tratar de sacarlo, cuando Dios quiere usarlo para que crezcas o madures en algún área de tu vida. Entonces, es necesario rendirnos con mansedumbre, orar a Dios y confiar plenamente en lo que Él hará en nuestras vidas.
“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el SEÑOR—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11).
Dios tiene grandes propósitos para tu vida. Es necesario aprender a descansar en el Señor y aceptar los procesos que confrontamos para que logremos una transformación auténtica llena de confianza, fe y esperanza. Aún cuando sientas frustración, Dios está esperando que le entregues tus cargas, que renuncies a luchar con tus propias fuerzas y que experimentes la libertad que solo Él puede ofrecerte.
Te animo a descansar en los propósitos de Dios y a esperar pacientemente fortaleciendo o iniciando tu relación con el Señor. Quítale el poder a los obstáculos de tu camino y deja que Dios sea el centro.
¡No te arrepentirás!