Poder abrir nuestros ojos a un nuevo día y disfrutar las maravillas de la creación nos revela la magnificencia de Dios. Puedes verlo no tan solo en medio de las tormentas y las crisis, puedes verlo en tu diario caminar. Dios toca tu puerta mediante hermosos detalles para que le abras tu corazón; una sonrisa, el cántico de un ave, el aroma de una tierna flor…. Dios quiere tener una relación personal contigo en todo momento, en el día a día, en cada paso que das. Deléitate en Sus bondades y en Su inigualable amor. Contempla Su grandeza a tu alrededor. Aprende a verlo en lo cotidiano y a gozarte en Su presencia. Solo debes abrirle las puertas de tu corazón.
“Tú eres el que envía las fuentes por los arroyos; Van entre los montes; Dan de beber a todas las bestias del campo; mitigan su sed los asnos monteses. A sus orillas habitan las aves de los cielos; Cantan entre las ramas. El riega los montes desde sus aposentos; del fruto de sus obras se sacia la tierra.” (Salmos 104:10-13)