Una persona puede servir sin tener una relación con Dios y continuar experimentando una vida vacía basada en las obras. La Biblia nos indica claramente que cuando el Espíritu Santo nos da convicción de pecado, y aceptamos a Jesús, somos salvos por la Gracia de Dios.
"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8-9).
Entonces, si has sido tocado por el Espíritu Santo, el primer paso debe ser entregar tu vida a Cristo. Como parte del crecimiento espiritual que debe tener toda nueva criatura, el servicio debe fluir como fruto de la relación con Dios. Según busquemos Su presencia, nuestro servicio y nuestras peticiones serán modificadas. Es cuando comenzamos a vivir la presencia de Dios, fundamentada en la comunión con Dios. Esto es lo que verdaderamente le da propósito a tu vida. Es ir más allá de un devocional o de ser un mero lector de la Biblia; Es caminar ante la presencia de Dios en todo momento.
Seamos pues como Moisés, un siervo de Su presencia.